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Ribera de Duero
Las tierras que se agrupan bajo la Denominación de Origen Ribera del Duero se sitúan en la meseta norte y en la confluencia de cuatro provincias integradas en la Comunidad Autónoma de Castilla y León: Burgos, Segovia, Soria y Valladolid.
La Denominación de Origen tiene una extensión de unas 21.000 hectáreas. El río Duero es el eje que une a más de 100 pueblos extendidos a lo largo de una franja vitícola de unos 115 km de longitud y 35 de anchura.
La D.O. Ribera del Duero se caracteriza por una pluviometría moderada-baja (450mm de lluvia al año), veranos secos (40ºC) e inviernos largos y fríos (-18ºC), con acusadas oscilaciones térmicas a lo largo de las estaciones. Se enmarca dentro de un clima mediterráneo de carácter continental.
En lo que respecta al tipo de suelo, está formada por un gran zócalo antiguo y arrasado y, en parte, recubierto por sedimentos terciarios. El mayor volumen de estos sedimentos está constituido por capas más o menos lenticulares de arenas arcillosas, alternándose capas calizas, margas e, incluso, de concreciones calcáreas.